TransGrancanaria
Veinte años de carrera. Dos décadas de constante crecimiento que han llevado a la prueba grancanaria a convertirse, paso a paso, en una de las referencias mundiales del trail running. Un derecho que se ha ganado sobre la base del trabajo de muchísimas personas.
Esta edición ha estado marcada, sin duda, por las condiciones meteorológicas tan variables que caracterizan a Gran Canaria: el viento, la lluvia y las bajas temperaturas en la cumbre de la isla, que contrastaron con el sol de justicia que la mayoría de los corredores se pudieron encontrar en la línea de meta. Una circunstancia que hace que las carreras este año hayan sido más duras aún si cabe.
De hecho, la organización se vio forzada, por motivos de seguridad, a recortar una pequeña parte del trazado, en el bucle de la explanada del Roque Nublo en un inicio y la vuelta entera de unos seis kilómetros a partir de las 16:30 horas.
La gran noticia la protagonizan las verdaderas ‘estrellas’ de todo esto: los corredores. Sin su cariño y su respuesta, nada de lo que hacemos tendría sentido. Prácticamente se duplicó la tasa de inscritos con respecto al año anterior, regresando a cifras prepandemia. Atletas de un total de 59 nacionalidades distintas, de los cuales, un total de 2.648 consiguieron atravesar la línea de meta. Los dos últimos en hacerlo, cerrando así oficialmente esta edición, lo hicieron a las 4:15 horas de la madrugada del domingo.
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